jueves, 22 de noviembre de 2007

Superación



En ciertas ocasiones, nos vemos envueltos en situaciones que nos hacen reflexionar en el sentido de la vida y lo que realmente importa en este mundo tan pútrido de corrupción y egoísmo.

Hoy he conocido a Íñigo, un chaval joven, pero que la vida le ha transformado. Un muchacho normal que desafortunadamente se vió envuelto en un accidente de tráfico con su familia.

A Íñigo le he conocido por que hoy ha empezado a ir a la rehabilitación de una operación que ha sufrido, aunque no tiene nada que ver con el accidente que sufrió.

Este chico padece cierta parálisis cerebral, ya que los médicos tuvieron que abrirle el cráneo para reducir la presión cerebral trás el accidente. Se pasó varios días entubado sin conocimiento hasta que un día despertó, pero no podía moverse, y se vió encadenado a una silla llevando pañales porque perdió el control de sus esfínteres.

Ante todo Íñigo es un luchador y cada día se levantaba con la convicción de zafarse del aparato de pesadillas y torturas, una silla de ruedas que todas las noches dormía con él, recordándole que no podía pasear, correr o jugar al fútbol como otro chaval.

Se sintió muy sólo, deseándo que llegara la hora de las visitas, para que sus familiares y amigos se pasaran a verle.

Íñigo se siguió levantando día tras día hasta que consiguió deshacerse de la presa de ese aparato torturador que era su silla y lleno de gozo y satisfacción levantó sus brazos de forma triunfadora mirando con gran alegría a los ojos de su madre.

Muchos de nosotros deberíamos aprender de él, una persona que de la situación más difícil es capaz de sacar fuerzas y pensar que un mañana mejor es posible, y que cosas como la visita de un amigo pueden llenarnos de vida en los momentos de soledad.

Hoy Íñigo vuelve a ser un chaval normal, dentro de lo que cabe. Una persona con ganas de vivir y gran ilusión, con planes de presente y futuro.

Sinceramente le deseo lo mejor, y espero que esta sociedad tan hija de puta le de una oportunidad para que se sienta integrado y consiga la felicidad que tanto se merece y que todos buscamos, aunque más de una vez lo hayamos hecho de forma equivocada...

3 comentarios:

yacky dijo...

si tienes razon y muchas veces no nos damos cuenta de lo afortunados que somos con solo poder mover una mano o un dedo o simplemente levantarnos, o poder sentarnos, y nos pasamos la vida intentando siempre buscar soluciones a tonterias, y nos venimos abajo por pequeñas cosas, y hay veces que estos casos son los que nos hace pensar que hay personas que sacan fuerzas de su interior para seguir adelante, y son realmente admirables.

Un beso para ti y otro par Iñigo:P
muak

PD: espero que ya estes mejor de tu hombro XD.

Kineas dijo...

Es conmovedor, casi te imagino con la lagrimita y todo mientras escribías, pero luego recuerdo lo cínico que eres y empiezo a pensar que todo es un inmenso ejercicio irónico, y sonrío.

(No lo desmientas, quedarías peor).

Y para terminar, una pregunta así al aire...

¿Y el que es perfecto como yo, cómo se supera?

El Traficante dijo...

Pues lo cierto es que el chaval existe y es como he comentado, nada de cinísmo... Aunque puede que lo haya dramatizado un poco para enfatizar su lucha.

Y para mejorar tu perfección y superarlo, nada mejor que un tiro en la cabeza, con cariño, por supuesto.